Desde sus primeros lanzamientos, la banda ha destacado por su capacidad para crear canciones que no solo se escuchan, sino que se sienten. La voz de Alan, cargada de intención, se convierte en un narrador que guía al público por paisajes emocionales únicos.

Su puesta en escena es tan importante como su música: cada concierto es una obra viva que mezcla drama, humor y una conexión auténtica con el público. La banda ha sabido ganarse un lugar especial tanto en escenarios independientes como en festivales internacionales, y su comunidad de seguidores crece gracias a la fuerza emocional y artística de cada presentación.

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